jueves, 4 de octubre de 2018




OTRO LADRILLO en la PARED: I (uno) -Vivencias de LOCOJUAN - 

Hubo un tiempo en que podía caminar con mis propios pies y volar con mis sueños, soñaba que era libre y podía mirar el cielo con las nubes jugando a transformarse en diferentes figuras, un rato como un pájaro que pronto se transformaba en caras riéndose de alguna tontería y al otro rato las mismas nubes estaban tristes y  comenzaban a llorar, cuando esto pasaba me gustaba andar bajo la lluvia descalzo hasta que saliera el arco iris. Me juntaba con otros chicos- grandes igual que yo para hacer barquitos de papel en los que andaban los piratas por las cunetas de las calles de mi pueblo.

 Hubo un tiempo en que fui feliz. A nadie le importaba que ya no me afeitara y que anduviera descalzo, ni que me sentara en la plaza durante horas enteras hasta que llegara la noche. Es un loco lindo que no le hace daño a nadie, decían que dice que decían.

Pero hubo una vez hace no sé cuándo, que las calles se llenaron de soldados  , la gente estaba más triste y casi no conversaban con nadie, todos miraban de reojo, nadie quería jugar conmigo, mucho menos cuando los hombres que tenían uniforme me sacaron de la plaza, me desnudaron y me tiraron agua con una manguera a pesar que yo no quería, después me cortaron el pelo y la barba diciéndome que la próxima vez me iban a encerrar.

 Un día de esos días, me alzaron en una ambulancia y me pincharon con algo que me hizo dormir. Me desperté encerrado entre cuatro paredes blancas que de tan blancas me dolían los ojos al mirarlas. Una vez al día, después de comer y tomar –a la fuerza- unas pastillas de colores me dejaban salir a un patio donde había un montón de locos con los que no se podía conversar –porque estaban locos- no se entendía que era lo que decían.

Pasó un tiempo hasta que me transformé en un ladrillo y pasé a ser parte de la pared. Mano de pintura sobre manos de pintura –blanca obvio- que luego de un tiempo se empieza a descascarar, como intentando dejarme desnudo para poder descubrir mi propio Yo, mi esencia, mi conciencia de Ser.

Hace mucho tiempo ya que estoy integrando esta pared, a la cual le pusieron dos ventanas que me sirven de ojos para poder ver lo que sucede a mi alrededor, también una puerta para que puedan pasar las personas que llegan al cuarto. Pero juegan conmigo, entran y salen, algunas me hablan, otras intentan pincharme, pero yo, ya nada siento. A veces pasa mucho tiempo para que alguien atraviese la puerta. Entonces quiero gritar bien fuerte para que se me escuche.

Me siento tan Solo…

***
El excelso ciudadano

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