OTRO
LADRILLO en la PARED: I (uno) -Vivencias de LOCOJUAN -
Hubo un tiempo en que podía caminar con mis
propios pies y volar con mis sueños, soñaba que era libre y podía mirar el
cielo con las nubes jugando a transformarse en diferentes figuras, un rato como
un pájaro que pronto se transformaba en caras riéndose de alguna tontería y al
otro rato las mismas nubes estaban tristes y
comenzaban a llorar, cuando esto pasaba me gustaba andar bajo la lluvia
descalzo hasta que saliera el arco iris. Me juntaba con otros chicos- grandes
igual que yo para hacer barquitos de papel en los que andaban los piratas por
las cunetas de las calles de mi pueblo.
Hubo
un tiempo en que fui feliz. A nadie le importaba que ya no me afeitara y que
anduviera descalzo, ni que me sentara en la plaza durante horas enteras hasta
que llegara la noche. Es un loco lindo que no le hace daño a nadie, decían que
dice que decían.
Pero hubo una vez hace no sé cuándo, que las
calles se llenaron de soldados , la
gente estaba más triste y casi no conversaban con nadie, todos miraban de
reojo, nadie quería jugar conmigo, mucho menos cuando los hombres que tenían
uniforme me sacaron de la plaza, me desnudaron y me tiraron agua con una
manguera a pesar que yo no quería, después me cortaron el pelo y la barba
diciéndome que la próxima vez me iban a encerrar.
Un día
de esos días, me alzaron en una ambulancia y me pincharon con algo que me hizo
dormir. Me desperté encerrado entre cuatro paredes blancas que de tan blancas
me dolían los ojos al mirarlas. Una vez al día, después de comer y tomar –a la
fuerza- unas pastillas de colores me dejaban salir a un patio donde había un
montón de locos con los que no se podía conversar –porque estaban locos- no se
entendía que era lo que decían.
Pasó un tiempo hasta que me transformé en un
ladrillo y pasé a ser parte de la pared. Mano de pintura sobre manos de pintura
–blanca obvio- que luego de un tiempo se empieza a descascarar, como intentando
dejarme desnudo para poder descubrir mi propio Yo, mi esencia, mi conciencia de
Ser.
Hace mucho tiempo ya que estoy integrando
esta pared, a la cual le pusieron dos ventanas que me sirven de ojos para poder
ver lo que sucede a mi alrededor, también una puerta para que puedan pasar las
personas que llegan al cuarto. Pero juegan conmigo, entran y salen, algunas me
hablan, otras intentan pincharme, pero yo, ya nada siento. A veces pasa mucho
tiempo para que alguien atraviese la puerta. Entonces quiero gritar bien fuerte
para que se me escuche.
…
Me siento tan Solo…
***
El excelso ciudadano
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