OTRO
LADRILLO en la PARED: III – GENESIS
Apoltronado en el sillón del consultorio
tratando de desaparecer por las costuras mientras el tipo de anteojos me mira
fijamente y no me dice nada, hace más de media hora que está así. ¿Será porque
no respondí a sus preguntas? ¿será que siquiera me está mirando? ¿será que
realmente está ahí?
No entiendo porque hoy 10 de abril de 1994,
el día de mi cumpleaños número 14 me trajeron hasta aquí. Tal vez mi mamá quedó
preocupada porque hace dos días atrás me quedé sentado solo, después del
almuerzo, toda la tarde en el living con la vista fija en el cuadro con una
medalla que estaba colgado en la pared y que decía…”Diploma y medalla al valor en combate del Ejército Argentino al soldado
–ahí tenía el nombre de mi Papá- post-morten… etc”. Lo miraba y trataba de
entender, lo volvía a mirar una y otra vez tratando de encontrar a mi padre en
ese pedazo de papel, de saber que se siente tener un padre, de… mil preguntas
sin respuestas.
A mi padre según mis recuerdos, nunca lo vi,
todo lo que sé de él me lo contaron mi madre y mi abuelo –más mi abuelo que mi
madre- y de algunas fotos que no me dicen nada. Muchas veces sueño con él, de
hecho hace tres noches lo hice y siempre el mismo y recurrente sueño/pesadilla.
Sueño que estamos mirando un desfile en alguna fiesta patria, yo estoy con mi
madre y mis abuelos mirando a lo lejos a ver cuándo pasa mi papá y cuando esto
ocurre ellos levantan banderitas y saludan contentos diciendo, ahí va, que
orgulloso se lo ve con el uniforme, entonces yo miro angustiado porque no lo
veo, solo veo un uniforme y un casco vacío, sin rostro como uno de esos cuadros
que me mostraron en la escuela de un tal René Magritte. No logro ponerle un
rostro a mi papá…Si pudiera escribir un libro con la historia de mis catorce
años de vida, este tendría muchas hojas en blanco en dónde debería contar las
cosas que (no) hicimos con mi padre ausente.
Recuerdo que mi madre o mi abuelo –creo que
mi abuelo- me contó que un día como hoy, 10 de abril pero de 1982 cuando cumplí
2 años, fuimos todos a la estación de trenes –porque en esa época andaban los
trenes- a despedir a mi padre y los demás soldados que partían hacia el sur
para defender nuestras recuperadas Islas Malvinas, esa fue la última vez que
vieron a mi padre con vida. Por eso odio la guerra, por eso no creo que ningún
pedazo de tierra valga más que la vida de un hombre, ningún hombre y mucho
menos mi Papá. Fue por eso que hace dos días agarré el cuadro con la medalla
que estaba colgado en la pared de la habitación y lo destruí contra el piso y
luego salté gritando sobre él, así fue que corriendo asustados mi madre y su
"nuevo" marido aparecieron en el living.
Algunas veces quisiera poder hacer lo mismo
que esa niña que atraviesa el espejo corriendo detrás del conejo y que se
encuentra con el sombrerero loco…
...
Ahora si vuelvo a escuchar al hombre de
anteojos y veo a mi madre llorando, alcanzo a oír lo último que el tipo de
anteojos está diciendo… ”por todo eso estoy seguro y convencido de que su hijo
padece Esquizofrenia”.
***
El excelso ciudadano
No hay comentarios:
Publicar un comentario