lunes, 27 de agosto de 2018




EL YOÍSTA

Habían puesto un aviso en el diario dominical (es cuando más se lee el diario en el pequeño pueblo). SE OFRECE YOÍSTA. No se imaginan el revuelo que causó en el pueblo. Nadie sabía que cosa era lo que hacía un Yoísta. Se reunieron varios vecinos y nombraron un delegado para que vaya a la casa del hijo de los Pérez (que fue el que puso el aviso apenas volvió a vivir en el pueblo) y averigüe que cosa era eso del “Yoísta”.

El delegado, intrigado golpea la puerta y espera. El propio hijo de los Pérez lo atiende y lo hace pasar. Después de un buen rato de charla amena, se despide y va a hablar con los otros vecinos, que curiosos lo esperaban con gran ansiedad. ¿Y…?

El delegado, aprovechando su minuto de fama, y creando un clima adecuado de suspenso, se echa a reír y les comenta: resulta que los Pérez, asombrados y preocupados por el aprecio excesivo que empezaron a tener de sí mismos algunos habitantes del pueblo, llamaron a su hijo, que se había recibido en la Universidad de YOÍSTA para que los venga a ayudar.


Él se encargaría de cazar a tanto EGO suelto…

°°°
El excelso ciudadano

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