DÍAS DE LLUVIA (JUGAR en los CHARCOS)
Además de agua y alivio a los necesitados en
los tiempos de sequía, parece que la lluvia, trae melancolía en barquitos de
papel.
O de pronto, como leí por ahí, en estos días
lluviosos, te golpean la puerta los recuerdos y uno, desprevenido e inerme, no
está preparado para defenderse. Y una catarata de emociones inunda nuestra
mente y Alma, en una mezcla proporcional de alegrías y tristezas.
Es cuando confirmamos que estamos vivos y que
no solo somos un ente en un cuerpo prestado, sino que somos seres capaces de
direccionar nuestra vida en el paso por esta tierra. Capaces de amar, de
compartir, de llorar y reír, de darnos cuenta que somos gregarios por
antonomasia.
Y entonces salimos a la vereda a sentir la
lluvia y a jugar en los ch arcos, disfrazados del niño que fuimos, mientras el
sol, escondido detrás de una nube, nos guiña un ojo.
Y sonreímos, miramos dentro nuestro o hacia
el cielo, para dar gracias por estar vivos…
y
nos sentimos felices.
***
El excelso ciudadano
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